Lucha contra este mal es un desafío
Malaria: enemigo al acecho

Un estudio brinda nuevas evidencias de la relación entre la enfermedad con un menor desarrollo cognitivo en niños en edad preescolar

Pese a que con la declaración de Argelia y Argentina como países libres de malaria son ya 38 los países y territorios del mundo libres de esta enfermedad, la lucha contra este mal sigue siendo un desafío para los científicos, que tratan de encontrar una vacuna y enfrentar los riesgos y secuelas que conlleva para los pacientes.

Un estudio publicado en mayo en Malaria Journal, por ejemplo, brinda nuevas evidencias de la relación entre la enfermedad con un menor desarrollo cognitivo en niños en edad preescolar.

Realizado entre 219 niños de 2 a 7 años de una comunidad de escasos recursos de la ciudad de Manaos —capital del estado de Amazonas, Brasil— el estudio encontró que 89 de los cien niños que tuvieron uno o más episodios de malaria causada por Plasmodium vivax presentaban menor desarrollo cognitivo.

El desarrollo cognitivo abarca la capacidad de hablar, coordinación motora, habilidad perceptiva y raciocinio lógico de los niños que aún no han entrado en fase escolar.

“Nuestro estudio indica que, no importa la cantidad de veces, si un niño tuvo malaria, será suficiente para que tenga un bajo desarrollo cognitivo. Sólo un episodio es suficiente para impactar de forma negativa. Tenemos que evitar la malaria de todos modos», afirma a SciDev.Net Raquel Tapajós, una de las autoras del artículo e investigadora de la Fundación de Vigilancia en Salud del Amazonas.

La malaria se transmite por la picadura de mosquitos Anopheles hembras infectados con el parásito Plasmodio. Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad mata a unas 400.000 personas anualmente mientras que la mitad de la población mundial está expuesta a adquirirla. Aproximadamente 60 por ciento de muertes ocurre en niños menores de 5 años, especialmente en el sub Sahara africano.

Investigaciones realizadas anteriormente en Tailandia con ratones y humanos ya habían demostrado la asociación entre el bajo desarrollo cognitivo y la malaria causada por el Plasmodium falciparum, parásito prevalente en África y Asia y responsable de la forma más grave de la enfermedad, pero no se había estudiado esta relación con el Plasmodium vivax, la forma de malaria más común en América Latina.

“El desafío para los próximos tres años es trabajar arduamente para evitar que la malaria se vuelva a introducir en Argentina, especialmente a nivel fronterizo, desde Bolivia y Brasil”.

Pero para María Anice Mureb, profesora de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo (USP), al haberse realizado el estudio con niños de una sola localidad, “es difícil decir si existe esa correlación, como sí lo establecen los estudios hechos con el P. falciparum».

Admite que el artículo plantea preguntas para nuevas investigaciones, pero recuerda que son varios factores los que perjudican el desarrollo cognitivo. “Los helmintos o parásitos intestinales también causan déficit nutricional en los niños, y eso no se ha estudiado [en esta investigación]”, precisa.

El estudio encontró que 35 niños presentaban anemia, una condición que según Tapajós suele estar presente en los casos de malaria. Y si bien los autores toman con precaución estos resultados, señalan que «al ajustar otras variables como factores socioeconómicos o nutricionales, las infecciones de malaria se mantuvieron como un indicador del bajo desarrollo cognitivo en la población de estudio», un dato que recomiendan tener en cuenta al diseñar medidas de prevención en salud infantil.

Argelia y Argentina libres de malaria

De otro lado, el 22 de mayo, la OMS certificó que Argentina y Argelia habían interrumpido la transmisión autóctona de la enfermedad durante 3 años consecutivos, convirtiéndose en países libres de malaria.

Fue precisamente en Argelia donde un médico francés descubrió el parásito en 1880. Ochenta años después, la malaria constituía el principal problema de salud pública del país con más de 80.000 casos anuales. Ahora, junto con Mauricio, son los dos países del África libres de la enfermedad.

Según reconoció a SciDev.Net Moustafa Khaiat, presidente de la Autoridad Nacional para la Promoción de la Salud y el Desarrollo de la Investigación de Argelia, este resultado se ha logrado gracias a un trabajo articulado con la red de centros de salud de todo el país, la capacitación del personal médico para tratar enfermedades infecciosas de acuerdo al protocolo y “nuestra preocupación por mejorar la situación social y económica de la mayoría de argelinos, proporcionándoles condiciones de higiene y atención médica adecuada”.

Si bien el último caso de malaria autóctona reportado en ese país data de 2010, Khayati afirma que Argelia la había erradicado en gran medida en la década de 1980, “pero la enfermedad se ha mantenido en el extremo sur debido al movimiento de pueblos indígenas de los países vecinos, lo que lleva a su reaparición de vez en cuando”.

Por su parte Patricia Angeleri, Directora Nacional de Epidemiología y Análisis de la Situación de Salud de la Secretaría de Salud de Argentina, señala a SciDev.Net que el desafío para los próximos tres años “es trabajar arduamente para evitar que la malaria se vuelva a introducir en Argentina, especialmente a nivel fronterizo, desde Bolivia y Brasil».

“La malaria existe fuera de nuestro país, y sabemos que los casos importados pueden surgir a través del turismo. El año pasado tuvimos 23 casos [importados], que fueron diagnosticados y tratados de manera oportuna, en diferentes partes del país”, refiere.

Añade que las fortalezas del sistema de salud argentinos son tener sistemas de información y equipos capacitados. “Estamos muy contentos de concluir con años de esfuerzo. Hay muchas personas que históricamente han trabajado duro para esto y debemos reconocerlos».

El último caso autóctono reportado en Argentina fue en 2010. En Latinoamérica, también han sido países declarados libres de malaria por la OMS Paraguay (2018) y Cuba (1973).

Un gran desafío para la región

Sin embargo, la enfermedad implica un gran reto para América Latina. Según un estudio publicado en 2017, cuatro países son responsables del 83 por ciento de los casos: Brasil (24%), Colombia (10%), Perú (19%) y Venezuela (30%).

La demógrafa Marcia Castro, profesora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard pasa revista a las complejidades que estos cuatro países enfrentan para combatir la enfermedad: «En Venezuela la crisis política y económica ha generado un dramático empeoramiento en los indicadores. Perú y Brasil sufren los efectos de la deforestación y la minería, lo que conlleva a la expansión de la malaria. La deforestación afecta al clima de la región. En Brasil, algunas medidas del actual gobierno ponen en riesgo la sostenibilidad del programa de control de la enfermedad”.

Fuente: Nota completa en SciDev.Net.

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