OPINIÓN
Un Tercer País

Por: Pedro Pablo Alcántara │Educador, normalista y profesor de ciencias sociales

Saludos hermanos colombianos!  Desde esta edición y en nuestra ventana compartida hablaremos del tercer país que surge desde tiempos remotos en la geografía de estas dos naciones, hijas de la tenacidad de los Libertadores.

Un tercer país que se fue construyendo desde la gobernación de los Welser en Venezuela y en las entradas que partían desde Santa Fe de Bogotá con el mismísimo Gonzalo Jiménez de Quesada a la cabeza, en afanes fundacionales en el territorio del Nuevo Reino.

Se fue entonces impregnando esta tierra alucinante de colores, aromas y sabores que marcaron un corredor geográfico desde Rio Hacha en el norte hasta las vastedades de la Amazonia compartida con los aborígenes entre Brasil y un puerto sin fin de poblaciones en ambos lados de los ríos y accidentes cartográficos comunes entre Colombia y Venezuela.

El país que originalmente se integrara en comercio, manufactura y sobre todo en el intercambio humano, hoy debe asumir la realidad de una diáspora que nos sacude por sus características dramáticas y el impacto que sobre el estado receptor ocasiona el desplazamiento forzado de mas de dos millones de almas. Estamos en Colombia por razones harto conocidas y de difícil asimilación.

El otrora país próspero emigra desde sus entrañas y genera interrogantes y preocupaciones que alcanzan a la comunidad internacional. Ya hay programas de ayuda para cooperar con los alivios que el pueblo de Colombia, su gobierno e instituciones e individualidades publicas y privadas nos proporcionan para paliar las penas y las ausencias.

Lo agradecemos de veras. Queda ahora entre nosotros cimentar una solidaria colaboración para hacernos sentir en la afinidad constructiva que encarnan los nuevos desafíos y elaborar una épica discursiva y pragmática, afincada en la solidaridad y el fortalecimiento de nuestras simetrías.

«El país que originalmente se integrara en comercio, manufactura y sobre todo en el intercambio humano, hoy debe asumir la realidad de una diáspora que nos sacude por sus características dramáticas»

Nuevas opciones se habrán de convenir en el marco del respeto a la Constitución de Colombia y sus leyes. Y en las escuelas y otras instituciones de Educación, investigación, deporte y cultura nos acrisolaremos para hacer grande el sueño compartido de crecer, progresar y emprender en una democracia vigorosa y en expansión de derechos efectivos para todos.

En adelante compartiremos el rico acervo de las buenas y edificantes costumbres intranacionales para que el tercer país, el de la integración y unidad latinoamericana comience aquí, en las tierras colombianas de tan largo acervo en el agradecimiento de BOLIVAR.

En nuestro próximo encuentro les contaremos como llegó el café a Colombia, desde tierras venezolanas.

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