Opinión
Gracias, migrantes venezolanos

Por: José Roberto Acosta | Abogado y economista

La petición del ministro de Hacienda, Carrasquilla, para que le aprueben sin cambios su fracasada Ley de Financiamiento para corregir su torpeza se basa en que sus resultados económicos han sido exitosos, pero dicha afirmación no tiene sustento estadístico.

La industria, que recibió beneficios por $6,6 billones con el descuento del IVA para la compra de bienes de capital, solo creció 0,1 % anual, disminuyendo sus ventas reales en 0,1 % y su personal ocupado en 0,8 %, con corte a agosto de 2019. El estancamiento también se repite en el sector agropecuario, mientras que las exportaciones caen 4,7 % anual, pasando de US$31.348 millones en los primeros nueve meses de 2018 a solo US$29.902 millones en el mismo período de este año.

El que sí crece es el comercio al por menor, cuyo aumento real en ventas fue de 9,5 % anual con corte al pasado mes de agosto, aunque en generación de empleo apenas subió 1,6 %. Al mismo tiempo, las importaciones se incrementaron a una tasa anual de 5,9 %, pasando de US$33.358 millones en los primeros ocho meses del año pasado a un total de US$35.333 millones en el mismo período del presente año.

Así las cosas, tenemos una producción interna y exportaciones estancadas, mientras que el comercio logra ventas récord, pero de bienes importados que inundan nuestro mercado, ampliando el déficit comercial y el ya peligroso desbalance en cuenta corriente, que se proyecta para el cierre de 2019 en cerca de US$14.000 millones. Malas noticias para nuestra economía.

Pero, ¿de dónde sale tanto consumo si, según las encuestas de confianza del consumidor de Fedesarrollo, la única constante desde hace un año es el pesimismo? Pues de los migrantes venezolanos que, según el DANE, son cerca 1’641.000 personas, representando un gran aporte a demanda agregada interna de los hogares y que, con corte a septiembre, muestra el mejor dato de los últimos 45 meses según la consultora Raddar.

Además, el hecho de que en su mayoría los venezolanos ocupados ganen entre medio y un salario mínimo al mes representa mano de obra barata. Así que crecemos gracias a los migrantes venezolanos y no por la Ley de Financiamiento. Otro desatino de Carrasquilla.

Fuente: El Espectador

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