Acnur: venezolanos son parte de Colombia

• Acnur, más allá del argumento retórico, es respaldado por organismos como el Fondo Monetario Internacional agregó que hubo un crecimiento del 0,25% del Producto Interno Bruto (PIB) gracias a la llegada de población venezolana

El Venezolano Colombia | El Nuevo Siglo

«Somos panas» es una campaña impulsada en Colombia por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). En poco más de dos años, esta iniciativa ha tratado de quitarle el oxígeno a la creciente xenofobia contra los migrantes venezolanos en el país. 

Con Somos panas, y por medio de trabajos pedagógicos, Acnur pretende instalar la idea en el imaginario colectivo de que los venezolanos que llegaron a Colombia -en su gran mayoría desde el 2015- están aquí para quedarse. 

En conversación con la Agencia Anadolu, la oficial de Información Pública de Acnur en Colombia, Rocío Castañeda, manifestó que a partir de la campaña se ha “intentado quitarle validación social al hecho de rechazar y estigmatizar al extranjero”. 

“En Colombia hay 1.7 millones de venezolanos con los que debemos construir -apuntó Castañeda-. El tono del 2020 para la campaña Somos panas es el de trabajar ‘unidos pa’ lante’. Con esto queremos demostrar que, por ejemplo, la integración económica entre colombianos y venezolanos trae beneficios para el país”.

Esto que dice la oficial de Acnur, más allá del argumento retórico, es respaldado por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). A finales de 2019, el FMI subrayó que en Colombia hubo un crecimiento del 0,25% del Producto Interno Bruto (PIB) gracias a la llegada de población venezolana. 

“Si este tipo de instituciones hacen ese énfasis, es porque efectivamente hay un potencial de aporte de los venezolanos”, dijo Castañeda. 

Aunque las cifras del FMI ofrecen datos tangibles y favorables para la comunidad venezolana, el colombiano de a pie asume, por lo general, que el éxodo originado en la nación vecina por la crisis política, social y financiera, constituye una amenaza para el país. 

De hecho, una encuesta realizada a finales de 2019 por Invamer Gallup detalló que la percepción general en Colombia hacia la población venezolana está directamente relacionada con el incremento de las tasas de inseguridad, desempleo y prostitución. 

«A la pregunta: ¿está usted de acuerdo con que el gobierno acoja a las personas provenientes de Venezuela?, el 62% decía que no», advirtió Castañeda.

En esta línea, en noviembre del año pasado, Acnur hizo un estudio cualitativo y cuantitativo en ocho ciudades del país acerca de la sensación general hacia los venezolanos. 

Uno de los resultados más dicientes que arrojó este sondeo está relacionado con el crimen organizado y la prostitución. Cerca del 80% de las personas encuestadas opinó que el ingreso de migrantes venezolanos produjo un aumento en la tasa de prostitución en Colombia. 

“Pese a que muchas fuentes oficiales determinan que hay un número de venezolanos vinculados a actividades criminales en Colombia, la tasa de incidencia realmente no es muy significativa, es mínima”, afirmó la funcionaria de Acnur.

También está presente la percepción de que los venezolanos le quitan oportunidades laborales a los colombianos. Alrededor del 60% cree esto, según Acnur. “Más allá de los prejuicios, eso no tiene un sustento estadístico que lo respalde”, detalló Castañeda. 

Es más, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, y partiendo del criterio de informalidad por cotización al sistema general de seguridad social en pensiones, el 89,6% de los venezolanos ocupados labora en la informalidad.

El Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, desarrollado por la Revista Semana, en alianza con múltiples organizaciones como Usaid y Acnur, entre otras, destaca que “la alta informalidad se refleja en las ramas de actividad en las que se desempeñan. La mayoría de los migrantes venezolanos trabajaba en actividades de comercio, hoteles y restaurantes (46,9%); actividades de servicios comunales, sociales y personales (14%); seguido de actividades de construcción (11,9%) y en la industria manufacturera (11,2%)”. 

“Ahí es muy interesante ver el rol que cumplen los medios de comunicación en el tema -expresó Castañeda-. Parte del ejercicio que hacemos en Somos panas es el de realizar talleres de formación a periodistas. La posición de Acnur es la siguiente: en la medida que no haya un valor noticioso específico en comunicar la nacionalidad, no lo haga. Cuando se titula con frases como ‘un venezolano hizo tal cosa negativa’, lo único que se logra es fortalecer un estigma”. 

“Desde Acnur creemos que en los medios hay una falta de preparación para afrontar el tema de la migración venezolana y, en esa ausencia de preparación, se han cometido errores. Antes de comenzar la campaña hicimos un análisis de contenidos de medios en el cual identificamos tres tendencias. Una de ellas era claramente la vinculación entre nacionalidad y criminalidad. La gente cree en los medios porque, en muchos casos, no tiene otra fuente de contraste”, manifestó Castañeda. 

Entre tanto, la oficial de Información Pública de Acnur en Colombia destacó que los dos últimos gobiernos colombianos (el de Juan Manuel Santos y el de Iván Duque) han respondido de buena forma ante una crisis migratoria para la que el país no estaba preparado. 

“En Acnur siempre resaltamos que el Gobierno de Colombia ha mantenido una actitud abierta hacia la población venezolana. Algo que no es menor, porque uno de los principios de la protección internacional en el marco de refugiados es justamente el acceso al territorio y la no penalización por hacerlo de manera irregular”. 

“El hecho de que (los gobiernos colombianos) hayan mantenido abiertas las puertas, es para resaltar. Hay una apertura en términos de atender a la población venezolana y de expandir caminos como la educación, pero también existen muchos desafíos referentes a la aplicación de las políticas nacionales en lo local y de cómo se distribuyen los recursos”. Recursos que en muchos casos se quedan cortos.

Es por eso que Acnur reitera la necesidad de que la comunidad internacional acelere el desembolso de la plata destinada a la atención de los refugiados venezolanos. Con corte al 14 de agosto de 2019, de los USD 315 millones previstos para atender la crisis migratoria venezolana, Colombia ha recibido USD 96 millones, equivalentes al 30,4% de lo proyectado. 

Por otra parte, Castañeda recordó que, en Colombia, Acnur cuenta con 11 oficinas de terreno -contando la de Bogotá-, en las que hay grandes grupos de venezolanos. 

“En esas zonas, nosotros tenemos una respuesta que intenta ser integral. Por ejemplo, en La Guajira hace un año existe un centro de atención con capacidad de acogida para mil personas, donde temporalmente los venezolanos pueden estar durante un mes”. 

Castañeda aclaró que dicho centro de atención no es un campamento, pues la gente que allí pernocta no tiene la perspectiva de quedarse. Es solo un espacio de tránsito. 

“En otras ciudades hacemos apoyo a redes de albergues y también tratamos de fortalecer la respuesta del Estado hacia el fenómeno migratorio. Es por eso que, en Villa del Rosario, Cúcuta, (como en otros sectores fronterizos) hicimos un centro de atención en salud que recibe de igual manera a colombianos y venezolanos”, concluyó la funcionaria de Acnur. 

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