Venezuela necesita pensar de otro modo: romper paradigmas | Por: Néstor Suárez

➦ El autor es economista. MSC AND PHD EN ECONOMÍA, miembro de la Comisión Plan País y asesor de la comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional de Venezuela, @NestorSuarezRB

La economía venezolana sin duda alguna es muy fuerte y muy resistente. Dos décadas de destrucción por el socialismo, que el premio Nobel de Economía del año 2017, Richard Thaler describiera como «el mayor desastre económico jamás visto en la historia de la humanidad».

Sí, el deterioro de la economía del país es notable, el escenario de caos es verdad, y sobre todo en los últimos siete años. Una situación económica sin precedentes en el mundo.

El país de las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, y con muchos otros recursos naturales en abundancia, de toda índole, se encuentra sumido en la mayor pobreza material y más negra pobreza espiritual.

Hoy tenemos una sociedad confundida y anarquizada y un régimen socialista sin interés alguno en sacar de la pobreza al país, buscando solo sostenerse en el poder a cualquier costo y sin escrúpulos.

YA NO SE EXPLICA EN CIFRAS

La gravedad de la crisis en Venezuela ya casi no se puede explicar en cifras, debido a que casi todas son «construidas» por el régimen o fuentes afines a él: no son confiables, de modo que el problema no es de cifras sino de conceptos.

Sin embargo, hay suficientes razones para tener esperanzas y ser optimistas y apoyar esfuerzos en la dirección correcta. En el mundo, otras economías muchísimo menos dotadas, enfrentaron crisis políticas, económicas y financieras muchísimo peores o similares, y sin embargo: salieron adelante. ¿Cómo? Así:

Una vez producidos los cambios políticos necesarios y adoptadas las medidas, leyes en instituciones de libre mercado, tuvieron continuos y sostenidos procesos de acumulación de capital en incremento de la productividad, creación de riqueza y mejor nivel de vida para todas las capas de la población.

«La gravedad de la crisis en Venezuela ya casi no se puede explicar en cifras, debido a que casi todas son «construidas» por el régimen o fuentes afines a él: no son confiables, de modo que el problema no es de cifras sino de conceptos»

SINGAPUR: EL PARADIGMA

Con una población estimada en un poco más 5 millones de habitantes, Singapur es una islita al lado de Malasia (sudeste asiático). Es diminuta, muy pequeña en espacio geográfico, de apenas 650 km2, como la mitad de la isla de Margarita y sin recursos naturales.

La segunda Guerra Mundial la dejó destruida debido a la ocupación por parte de los japoneses y los combates para su liberación. Sobrevivió años de guerrilla comunista, atentado, huelgas salvajes que desarticularon el comercio, desinversiones y hambre.

Se pensó entonces que el tamaño era un problema, por lo exiguo del mercado, y en salir de la crisis mediante la integración con Malasia, país que estaba con los del tercer mundo, en la vía de sustituir importaciones, planificar el desarrollo y controlar la economía. Tal fórmula se ensayó a comienzos de los años 60.

Los resultados fueron tan malos, que en 1965 Singapur declaró su independencia y tomó la vía opuesta al socialismo e intervencionismo: la del libre mercado.

INGRESO PER CÁPITA SUBIÓ de 500 USD A 5.000 USD

El ecosistema de Singapur antes de los cambios era anárquico y criminal, sin educación y sin valores. De 500 USD de ingreso per cápita en 1965, subió a 5.000 USD en 1985. Sin Plan Marshall (iniciativa de Estados Unidos para ayudar a Europa Occidental), ni otra forma de ayuda. Sin deuda. Con pocos impuestos y muy bajos, y sin regulaciones, las empresas privadas decidían libremente a qué dedicarse.

Eso sí, con gasto público limitado, no mucho más del 10% del PIB, y equilibrio fiscal. Con estabilidad monetaria, con cambios y tasas de interés realistas, lo cual le permitió una de las más altas tasas mundiales de ahorro, inversiones y formación de capital.

Las huelgas desaparecieron y la gente encontraba más empleos y mejor remunerados. La creciente productividad por trabajador hizo las leyes del trabajo innecesarias, así como los programas sociales. Singapur hoy tiene su ingreso per cápita de 64 mil USD al año, el tercer mayor ingreso per cápita del mundo.

Tiene el mejor aeropuerto del mundo, es el lugar más seguro del planeta, hasta el punto que muchos millonarios se van a vivir a Singapur. En ese país, la ley se cumple con firmeza y un puño de hierro. Singapur no tiene petróleo y exporta productos derivados del petróleo refinado. Tienen una gran refinadora.

Singapur es una economía de valor agregado: los singapurenses son ciudadanos de primer mundo, cada uno recibe su casa gratis. Singapur es uno de los tres países más ricos del planeta

LA EDUCACIÓN TIENE UN GRAN VINCULO CON EL DESARROLLO ECONÓMICO

La educación es muy importante, se le da énfasis a la escuela primaria porque allí se fragua y define todo. Cualquiera no puede ser maestro o profesor en Singapur.

La educación tiene un gran vínculo con el desarrollo económico. Para poder lograrlo, en Singapur, no hubo democracia al principio. Lee Kwan Yew su líder y padre del cambio de mentalidad y cultura de Singapur, cuando dejó la presidencia por considerar que lo fundamental ya estaba hecho, abrió por completo el cauce democrático en el país.

«Ahora este es un país rico, y por tanto puede ser democrático», escribió. Su tesis fue siempre, que la pobreza impide el buen funcionamiento de la democracia, llamando al populismo y al socialismo. Según Lee, una cosa es creación de riqueza, y otra es democracia.

Para crear riqueza no se necesita democracia, más bien estorba. Lo que se requieren son leyes y tribunales Sabios y justos, además de caminos y puentes, y pocos impuestos y cargas públicas. Según Lee Kwan Yew, cinco países en el siglo XX demuestran la necesidad de crear riqueza primero antes que permitir democracia. España en 1936, Taiwán en 1949, Corea del Sur en 1951, Singapur en 1965 y Chlle en 1973.

«Ahora este es un país rico, y por tanto puede ser democrático», escribió Lee Kwan Yew , ex Primer Ministro de Singapur

HACE FALTA UNA GRAN CAMPAÑA DE ALFABETIZACIÓN POLÍTICA EN TODA VENEZUELA

Si Singapur, ese  pequeño país, que es la mitad o menos de la mitad de la isla de Margarita, superpoblado y sin recursos naturales, pudo salir adelante y crecer espectacularmente, después de su terrible crisis, Venezuela está sobrada en su economía. ¿O no? ¿Qué falta en Venezuela para construir una economía de libre mercado?  

Cambiar de mentalidad. Pensar de otro modo. Salir del pensamiento socialista que predomina en los conceptos, explicaciones, diagnósticos y análisis y en las propuestas. Hace falta una gran campaña de alfabetización política en toda Venezuela.

Con los argumentos económicos, sociológicos, y científicos políticos, pero también con las sagradas escrituras, palabra de Dios para quienes reconocemos su autoridad como tal.

Bien interpretada y estudiada, la Biblia no se contradice con el genuino conocimiento filosófico y la ciencia verdadera. Por eso mismo, condición indispensable de la necesaria alfabetización es el llamado a despertar las habilidades cognitivas dormidas y al empleo de la razón para pensar más detenidamente lo relativo a la política y la economía.

La salida a la confusión de las emociones y sentimientos es la razón. Hoy en día la gente tiende a usar la razón nada más en el ejercicio diario de su actividad profesional.

Y poco para administrar su dinero y para conducir sus asuntos familiares, y menos aún para formarse sus opiniones políticas y votar. Porque la razón ha sido expulsada de la arena política hace tiempo.

Y estamos pagando las consecuencias. No hay otra salida, tenemos que romper paradigmas y pensar de otro modo. Tenemos suficientes razones para ser optimistas a pesar de la destrucción y daño que nos ha hecho el socialismo. Podemos ser el país líder en América Latina. La receta de la prosperidad es universal.

Gobierno limitado a cumplir con sus funciones propias, libre merrcado, instituciones privadas separadas del Estado y por consiguiente independiente del poder y la política. Un Estado que no interfiera con la economía privada. Esas son las llaves de la abundancia y la prosperidad. Venezuela está sobrada para lograrlo si pensamos de otro modo.

◉ Sigamos el tema por Twitter: @NestorSuarezRB

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