Venezuela celebra la firma del decreto papal para beatificar a José Gregorio Hernández

• Sin embargo, las celebraciones por la beatificación han sido aplazadas por la pandemia de COVID-19 hasta que "las condiciones lo permitan", destacó el cardenal Porras, quien espera que eso suceda en el primer trimestre del próximo año"

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Venezuela celebró este viernes, con la contención obligatoria por la pandemia de COVID-19, el anunció de la próxima beatificación del doctor José Gregorio Hernández, el médico de los pobres al que el cardenal Baltazar Porras exaltó como un símbolo de unidad para todo el país por encima incluso del libertador Simón Bolívar.

«José Gregorio Hernández representa mucho más de lo que nos podemos imaginar y estoy seguro que en estos momentos, si hacemos un análisis serio, representa mucho más que la figura de Simón Bolívar. Lo que más nos une es esto», dijo el arzobispo en una rueda de prensa horas después de que el papa Francisco autorizase su beatificación.

UN SANTO DEL PUEBLO EN LOS ALTARES

El futuro beato, que murió atropellado en Caracas hace casi 101 años, se ganó su halo de santidad tanto en Venezuela como en los países del entorno por su labor en pro de los más desfavorecidos y sus reivindicaciones para reclamar más atención de los gobiernos hacia las regiones de interior de Venezuela.

Por eso, ya es considerado un santo entre los más humildes de Venezuela y buena parte de la América andina, donde se le atribuyen numerosos milagros y donde los feligreses piden hace años su intervención para curarse de todo tipo de problemas médicos.

Precisamente eso es lo que destacó el cardenal Porras, para quien José Gregorio Hernández «está presente no solo en los creyentes católicos sino en mucha otra gente de otras confesiones», así como entre quienes no profesan ninguna fe, porque el doctor Hernández «tiene ese profundo sentido humanitario, ese profundo sentido de servicio de los unos para con los otros».

«Por eso representa mucho más que decir ‘tenemos un nuevo santo’ (sic), que podría pasar por debajo de la mesa. En cada uno de nosotros hay un pequeño José Gregorio Hernández y lo hemos estado viviendo desde hace muchos años», aseguró el purpurado.

UN MILAGRO DE 2017

Ahora, Francisco ha reconocido uno de esos milagros que se le atribuyen y se remonta al 15 de marzo de 2017, cuando la niña,de 19 años Yaxury Solórzano Ortega recibió un tiro en la cabeza durante un asalto a su padre.

Los médicos informaron a sus padres que iba a fallecer, su madre rezó a José Gregorio y Solórzano se curó, según la versión de los familiares.

Si contar sus milagros dependiera de la ciudadanía se multiplicarían, pues casi cada feligrés que acude a la iglesia de La Candelaria de Caracas, donde reposan sus restos, tiene una historia que contar.

Es el caso de Eurídice González, que se acercó este viernes hasta el templo y relata que ella siempre le pide al doctor José Gregorio que la sane, tanto a ella como a su familia, cuando padecen alguna enfermedad.

Y narra que tuvo «una nieta hospitalizada hace tres años y él la salvó dos veces».

«Cuando mi nieta salió del paro (respiratorio) que tenía de cinco segundos, se puso morada (…) Cuando las enfermeras venían a decirme que no contaban con mi nieta yo lo vi salir de la habitación», relata González, quien no es católica sino evangélica.

SIN CELEBRACIONES POR COVID-19

Sin embargo, las celebraciones por la beatificación han sido aplazadas por la pandemia de COVID-19 hasta que «las condiciones lo permitan», destacó el cardenal Porras, quien espera que eso suceda en el primer trimestre del próximo año».

Como parte de las celebraciones, esperan exhumar los restos de Hernández, para lo que tampoco tienen fecha y preparar un altar especial para él en el mismo templo en el que actualmente reposa.

Precisamente, sus feligreses esperan el fin del COVID-19 como un nuevo milagro del doctor José Gregorio y así lo explica Irian Ramírez que, devota, acudió este viernes también a rezar al futuro beato.

Como muchos otros feligreses, siempre recuerda que el doctor Hernández formó parte del comité médico que atendió la crisis causada por la llamada gripe española poco antes de su muerte.

«Esperamos que haga la vacuna porque, como gran científico que fue, tiene que iluminarles la mente a todos esos médicos, a esos científicos, que nos haga la vacuna porque hay mucha gente padeciendo», concluye Ramírez, nacida en el estado andino de Trujillo, el mismo en el que vio la luz José Gregorio en 1864. 

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