El kartismo colombiano vuelve a encender motores en medio de la incertidumbre

• La crisis generada por el coronavirus llevó a la quiebra a decenas de personas que dependen de este deporte y que van desde mecánicos y asistentes hasta dueños de equipos

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Más de cinco meses tuvieron que esperar los pilotos de karts en Colombia para volver a encender los motores de sus vehículos, apagados intempestivamente por la pandemia de la COVID-19 que además dejó a su sector en cuidados intensivos.

La crisis generada por el coronavirus llevó a la quiebra a decenas de personas que dependen de este deporte y que van desde mecánicos y asistentes hasta dueños de equipos que no soportaron la presión financiera y se vieron obligados a despedir empleados.

Es por ello que la apertura a partir de este mes del Autódromo Motorpark XRP de la localidad de Cajicá, aledaña a Bogotá, supone un halo de esperanza para las personas que se dedican al kartismo en Colombia y que se han tenido que malabares para sobrevivir.

«Durante estos seis meses de pandemia lamentablemente no hubo sostenibilidad y nos tocó empezar a sacar a los muchachos del trabajo, a empezar a decirles que no se podía. Con el tiempo fue más difícil, la gente empezó a retirarse, empezó a quitarnos el apoyo económico y llegamos al punto de que quebramos», declaró a Javier Silva, dueño del equipo Jak’s Competition.

El regreso a la pista estuvo marcado por un estricto protocolo de bioseguridad, que incluye un formulario en línea que deben llenar todos los asistentes, y a robustas medidas de bioseguridad para mantener el distanciamiento social.

Pese a que mantiene optimismo Silva es consciente del gran reto al que deben enfrentarse debido al panorama de incertidumbre porque si bien es cierto que volvieron a los entrenamientos no saben nada sobre las carreras.

«En este momento estamos en entrenamientos controlados, pero el ciento por ciento del deporte son las carreras. Si no existen las carreras la gente no va a entrenar», explicó.

«Necesitamos volver con el público, volver a las carreras. Así por lo menos fueran las carreras sin público, pero que la gente tuviera su campeonato. Esa es la motivación principal para que la gente vuelva a entrenar», añadió.

La situación para el Jak’s Competition ha sido tan compleja que su dueño tuvo que despedir a siete de los ocho empleados a la espera de que con el regreso a los entrenamientos el panorama cambie y pueda volver a tener un equipo completo.

Por ello pidió al Gobierno que les deje organizar carreras, pues la pista tiene «kilómetros de campo abierto y aquí cada persona está a 20 metros de distancia la una de la otra».

A las primeras jornadas de entrenamiento tras el parón asistió Diego Andrés Granadillo, de 19 años, quien vio el regreso de los entrenamientos como una oportunidad de «hacer un acercamimento» a este deporte que sirve de plataforma a pilotos aspirantes a llegar a la Fórmula Uno.

«A ver si me puedo dedicar a esto», manifestó Granadillo.

«La verdad, quiero tener una trayectoria profesional y esto es lo que más me motiva, empezar y darle duro hasta arriba», dijo a Efe el novato.

El tiempo de cuarentena, que en Colombia comenzó el 25 de marzo y se acabó el pasado 1 de septiembre, lo aprovechó para ahorrar dinero e investigar sobre el kartismo para «llegar preparado» a la pista.

Caso similar es el de Roger Felipe, un publicista que trabaja con la Escuela Colombiana de Karts, y que ve el regreso al autódromo como algo positivo, pues dice que han tenido «una batalla grande» para lograr que les permitieran reabrir la pista.

«El tema se había parado totalmente. Tuvimos que ir a los simuladores y tratar de compensar algo de lo que se puede, pero la actividad fue nula en estos meses», precisó.

La lucha por volver a las prácticas estuvo liderada por Juan Pablo Rico, director general de la Escuela Colombiana de Karts, quien ha venido denunciando en las últimas semanas la compleja situación a la que se enfrenta un sector que justamente antes de la pandemia estaba tomando impulso en el país.

«Desde el 25 de marzo hasta el 1 de septiembre estuvimos completamente cerrados, sin ningún tipo de actividad, ningún tipo de ayuda. Todos los que vivimos de esto nos tocó seguir pagando arriendo del escenario, mantener todos los empleados», explicó a Efe.

En el país, agrega, son más de 300 las familias que viven del kartismo. Muchos perdieron el empleo con el cierre porque todos son trabajadores «independientes» que dependen del dinero que perciben semana tras semana de los entrenamientos y las competencias.

«Ahora estamos tratando de ayudarles de la mejor manera a retomar su trabajo, sus labores», explicó.

En el Autódromo Motorpark XRP se congrega una media de 300 alumnos al año.

El principal reto al que se enfrentan con el retorno de las actividades es conseguir que en Colombia haya un grupo de «200 pilotos profesionales para poder tener carreras de más de 100 pilotos en pista».

Pero no es un objetivo fácil de alcanzar. «Nos toca volver a arrancar básicamente de cero y no sabemos con cuántos pilotos arrancaremos la próxima carrera», advirtió Rico.

Por ello insistió en su llamado al Ministerio del Deporte para que les permita volver a las carreras y retomar un camino que fue cortado de tajo por la pandemia.

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