Otra cara de la migración venezolana| Por: Victor Castillo

• La historia de migraciones entre Colombia y Venezuela es de muy larga data. Recientemente, en la década del 60 y 70 del siglo pasado, un número muy similar de colombianos migraron a Venezuela, atraídos por la bonanza petrolera

El anuncio del presidente Iván Duque de crear un estatuto de protección temporal para el migrante venezolano (ETPV) es una decisión adecuada y justa con una población en situación de calamidad extrema. Esta medida permitirá que más de un millón de venezolanos que se encuentran en situación ilegal en Colombia puedan regularizarse, otorgándoles un plazo de 10 años a partir de su ingreso al país para obtener un visado de residentes.

La historia de migraciones entre Colombia y Venezuela es de muy larga data. Recientemente, en la década del 60 y 70 del siglo pasado, un número muy similar de colombianos migraron a Venezuela, atraídos por la bonanza petrolera. Esta población migrante ayudó a que en el país vecino se generara riqueza, ya que requería de mano de obra y capital intelectual para prender esa maquinaria, que por un tiempo entregó bienestar para la población.

Desafortunadamente la historia de corrupción que tanto ha azotado a Latinoamérica y ha generado la destrucción de valor, conllevó a que Venezuela se convirtiera en un estado fallido en el que se profundizó la crisis con la elección del presidente Hugo Chávez y la imposición de la revolución bolivariana. Por todos son conocidas las terribles consecuencias de dicha revolución que se reflejan en un indicador de pobreza del 90% de la población, entre otras cosas.

Es claro cómo se destruyó esa capacidad que tanto envidiábamos en temas de educación, salud e industrialización. Mientras los colombianos migraron atraídos por la riqueza, la migración actual es generada por la extrema pobreza y falta de oportunidades en un país donde la inflación ha tocado techos del 500.000%, cifras inimaginables para economista alguno y que terminaron dolarizando la economía por la puerta de atrás.

Desafortunadamente la historia de corrupción que tanto ha azotado a Latinoamérica y ha generado la destrucción de valor, conllevó a que Venezuela se convirtiera en un estado fallido en el que se profundizó la crisis con la elección del presidente Hugo Chávez y la imposición de la revolución bolivariana.

COLOMBIA DESTINO Y PASILLO DE LA MIGRACIÓN VENEZOLANA

La tragedia humanitaria ha generado en los últimos años la salida por la larga frontera colombo-venezolana de más de 3 millones de personas. Esta cifra incluye el retorno de 500.000 colombianos y el ingreso para establecerse en nuestro país de aproximadamente 1’700.000 venezolanos, de los cuales un poco más de 700.000 ya están regularizados e incorporados a la fuerza laboral, y cerca de un millón serán susceptibles de este estatus migratorio. De esas largas filas de seres humanos que se observaban por las carreteras de nuestro país, se estima que unos 800.000 terminaron en otras naciones latinoamericanas.

Debemos ver la migración venezolana como una oportunidad para nuestro país, donde la pirámide poblacional se está adelgazando en su base. Las cifras reflejan que cerca del 60% de migrantes son personas menores de 35 años y un 28% son menores de 18 años. Pensar en deportarlos es un imposible. Se deben fortalecer las acciones que permitan a los profesionales del vecino país legalizar rápidamente los títulos profesionales en trámite para que puedan ejercer su profesión, generar impuestos y riqueza.

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